Después de consumir un producto a base de cannabis (flor, concentrado, comestible, etc.), se puede experimentar un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Tranquilos, que este aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca es comparable a la actividad física normal, como el ejercicio, o incluso el sexo. Y no hay nada de malo en eso: es un efecto muy común para todos los que lo usan.
De cinco a diez minutos después de fumar o inhalar, la frecuencia cardíaca volverá a la normalidad y tu presión arterial comenzará a bajar. A medida que la presión arterial disminuye, los vasos sanguíneos y los capilares se dilatan, incluidos los capilares oculares.
La dilatación de los capilares oculares provoca un aumento del flujo sanguíneo a los ojos, lo que resulta en ojos rojos.
Esta reacción se produce por el THC y las variaciones en la intensidad de los ojos rojos se pueden explicar por la presencia, en mayor o menor medida, de este cannabinoide.
Aunque pueda parecer ilógico, los comestibles potentes pueden ser uno de los mayores culpables de los ojos súper rojos, aunque no generan humo, la cantidad de THC, es la causante, mismo caso con los vapeadores.
Afortunadamente para los consumidores de CBD, este cannabinoide no provoca enrojecimiento ocular. Esto se debe a que el THC interactúa con el cuerpo de forma muy distinta al CBD, lo que produce resultados diferentes.
La deshidratación juega un papel importante en el grado de enrojecimiento ocular. Aunque la marihuana no te deshidrata activamente, tu cuerpo utiliza agua para eliminar el THC de la sangre como parte del metabolismo normal. Y esto, obviamente, contribuirá en cierta medida a deshidratarte. Así que no olvides tomar aguita.
Recuerda que un consumo informado, es un consumo responsable.
Ahora lo sabes cariño.